jueves, 26 de agosto de 2010

Desmitologización de la cultura escrita

Olson, David (1994), Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel. Barcelona: Ed. Gedisa

“Muchas, según se cuenta, son las observaciones que, a favor o en contra de cada arte, hizo Thamus a Theuth,(…). Pero, cuando llegaron a lo de las letras, dijo Theuth: «Este conocimiento, oh rey, hará más sabios a los egipcios y más memoriosos, pues se ha inventado como un fármaco de la memoria y de la sabiduría.» Pero él le dijo: «¡Oh artificiosísimo Theuth! A unos les es dado crear arte, a otros juzgar qué de daño o provecho aporta para los que pretenden hacer uso de él. Y ahora tú, precisamente, padre que eres de las letras, por apego a ellas, les atribuyes poderes contrarios a los que tienen. Porque es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde fuera, a través de caracteres ajenos, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos. No es, pues, un fármaco de la memoria lo que has hallado, sino un simple recordatorio. Apariencia de sabiduría es lo que proporcionas a tus alumnos, que no verdad. Porque habiendo oído muchas cosas sin aprenderlas, parecerá que tienen muchos conocimientos, siendo, al contrario, en la mayoría de los casos, totalmente ignorantes, y difíciles, además, de tratar porque han acabado por convertirse en sabios aparentes en lugar de sabios de verdad.»” (Fedro, 36 )

David Olson, en el primer capítulo de su libro “El mundo sobre el papel” nos presenta un ejercicio bastante útil y revelador: barrer con ciertos mitos que han rodeado a la cultura escrita durante la mayor parte de la historia de occidente. En pocas palabras, estos mitos generan la errada sensación de que la escritura se encuentra por sobre la oralidad. Si se citó anteriormente el texto de Platón, fue para mostrar como en los comienzos de la cultura occidental se tenía cierta aprehensión en torno a la cultura escrita, tachándola Sócrates de “fármaco”. Olson retoma en cierta forma el pensamiento de Platón para desmitologizar la cultura escrita y poner cada cosa en su lugar.
Los mitos o creencias que propone Olson son seis: La escritura es la transcripción del habla; Superioridad de la escritura respecto del habla; Superioridad del alfabeto; Escritura como órgano de progreso social; Escritura como instrumento de desarrollo cultural y científico y por último, Cultura escrita como instrumento de desarrollo cognitivo.
Luego estos seis puntos son rebatidos de manera precisa por el autor:
1.- La escritura es la transcripción del habla. “Los sistemas de escritura sólo captan ciertas propiedades de lo que se dice”(Olson 1994, p.28) Probablemente el mito que cae con mayor facilidad. Los elementos paraverbales del lenguaje, como la entonación, los elementos kinésicos, como el movimiento de las manos, las miradas, los gestos etc.
2.- Superioridad de la escritura respecto del habla. ¿Existiría la oralidad sin la escritura? Por supuesto que sí. De hecho son muchas las sociedades que viven aún sin cultura escrita, pero ¿Existiría la escritura sin la oralidad? Imposible. “En la actualidad, se acepta que la propia lengua oral es la posesión y herramienta fundamental del intelecto; la escritura, aunque importante, siempre es secundaria”(p.28)
3.- Superioridad del alfabeto. El alfabeto que nosotros utilizamos los creemos superior a los sistemas silábicos y logográficos orientales, puesto que lo consideramos una representación más fiel del sonido, pero en torno a lenguas tonales como el Chino, el sistema logográfico supera con creces la utilidad del alfabeto, precisamente por su capacidad de transmitir tonalidad, a diferencia de los alfabetos para lenguas entonativas.
4.- Escritura como órgano de progreso social. Olson argumenta este punto mostrando como la escritura no fue precisamente el pilar fundamental de la democracia, sino que mediante ella también se llegó a gobiernos autoritarios y tiránicos. En conclusión nos parece que la escritura no entrega progreso social, más bien entrega poder a quien la detenta, por ejemplo en el caso de quienes redactan las constituciones.
5.- Escritura como instrumento de desarrollo cultural y científico. En este punto Olson nos recuerda como el pilar fundamental del auge cultural de Grecia recaía en los principios orales más que en los escritos.
6.- Cultura escrita como instrumento de desarrollo cognitivo. Olson nos explica que la habilidad de leer no depende solo de la decodificación, sino también del conocimiento que se tenga sobre el contenido del texto “La habilidad de leer depende no sólo del reconocimiento de las letras y las palabras, sino de la adición al conocimiento general de los acontecimientos referidos en el texto” (p.33), por lo tanto además de poseer la tecnología de la lectura y la escritura, es necesario un conocimiento de mundo. Pero en torno a este punto es donde la importancia de la cultura escrita necesita ser repensada. Durante mucho tiempo pareció ser que la lectura era la única entrada al conocimiento. Para aprender historia necesitábamos primero aprender a leer. Dejamos atrás casi cualquier característica de tradición oral que pudiésemos tener heredada de nuestros antepasados, y es que la escritura como tecnología sin duda presenta ventajas comparativas bastante importantes respecto de otros modos de entrar al conocimiento. Pero la tecnología avanza, y si hace 10 años creíamos imposible el acceso de gran parte de la sociedad a sistemas de video, hoy en día vemos como el internet y en específico youtube plantean la posibilidad de que la escritura no sea la única entrada al conocimiento: “Las grandes cantidades de tiempo que algunos niños emplean en ejercicios de lectura correctiva podrían dedicarse con mayor provecho a la adquisición de información científica y filosófica” (Olson, 1994 p33) ¿No será hora de aprovechar esta tecnología, sin dejar de lado la escritura, para volver en cierto modo a una enseñanza basada en la tradición oral e incluso visual? ¿No será tiempo entonces de aprovechar también nuevas tecnologías que nos otorga la ciencia y sumarlas a la cultura escrita?
Por último, cabe destacar que el autor no pretende que nos olvidemos todos de leer y escribir, más bien intenta poner la balanza en justa medida, para que no olvidemos que nuestra cultura occidental no solo depende de lo que hizo la escritura a través de la historia, sino también el fuerte impulso que la oralidad dio a nuestras civilizaciones.

Referencias.

Platón. Fedro (Diálogos) en
http://www.docentes.unal.edu.co/gamelendeza/docs/Socrates/Dialogos/Castellano/Fedro.pdf

1 comentario:

  1. Patricio: Ojo, que aunque la ficha sea de uso más bien "personal", hay que precisar algunos usos terminológicos. No sé si quepa llamarle "tradición oral" al recurso oral, si este está mediado por la tecnología y no es en nada tradicional... aunque tal vez tb. podría serlo. Dale una vuelta a esa idea para madurarla mejor. Buena entrada.

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