Bajtín, M. (2002) El problema de los géneros discursivos, en Estética de la creación verbal. Bs Aires: Siglo veintiuno editores.
Plantea Bajtín ciertas nociones bastante útiles tanto para el estudio de la cultura escrita como para la cultura oral, y es que el pensador ruso aborda el tema de la lengua desde una perpectiva bastante amplia pero perspicaz. De todos los conceptos que propone y define Bajtín nos centraremos principalmente en la crítica al concepto de oración y palabra y la noción de enunciado, para relacionarlo luego con las transcripciones propuestas por Blanche-Benveniste. A pesar de esto los conceptos de género discursivo, esfera discursiva y esfera de la actividad humana pueden servir en conexiones posteriores.
El Enunciado: Se entiende como la unidad de la comunicación discursiva, la cual no es más que una larga cadena de enunciados entrelazados. Los límites de cada enunciado se encuentran en el cambio de hablantes: "Las fronteras de cada enunciado (...) están determinadas por el cambio de los sujetos discursivos, es decir, por la alteración de los hablantes"(Bajtín, 2002, p.8). Esto vale tanto para una conversación como para la reacción que espera provocar el autor de un texto en el lector. Además, el enunciado tiene un contacto directo con la realidad, o sea incluye dentro de sí al contexto inmediato y al pasado, y a ideologías anteriores propias o ajenas y como se mencionó anteriormente, todo el conetxto extra-verbal. El enunciado posee además una plenitud de sentido y determina una respuesta directa en el otro hablante.
La oración y la palabra: La oración y la palabra en cambio, jamás ven sus límites determinados por el cambio de sujetos discursivos, y si así fuera, estaríamos en presencia de un enunciado en su totalidad, talvés compuesto por una sola oración, pero que le entregaría una nueva dimensión al tratarse de un enunciado. La oración por lo tanto, es una idea terminada a medias y se relaciona con otras oraciones o ideas del mismo hablante enmarcándose dentro del enunciado: "la oración no se relaciona inmediatamente y por sí misma con el contexto de la realidad extraverbal (situación, ambiente, prehistoria) y con los enunciados de otros ambientes, sino que se vincula a ellos a través de todo el contexto verbal que la rodea, es decir, a través del enunciado en su totalidad" (p.9) Por lo tanto la oración se enfrentaría a la realidad solo cuando toma parte o constituye un enunciado en sí misma. Lo mismo puede aplicarse a la palabra, esta forma una función real dentro del lenguaje solo cuando forma parte de un enunciado completo, o cuando un enunciado está compuesto únicamente por una palabra.
Entendiendo el concepto de enunciado que propone Bajtín, y su relación con la oración, se puede aventurar que los análisis de Blanche-Benveniste sobre oralidad (llevados a oraciones en forma de poemas) muestran en cierto modo que el hablante puede "jugar" con las oraciones, superponiéndolas, contradiciéndose, negándose, arrepintiéndose etc. gracias a que todo esto se enmarca dentro de un enunciado, lo cual le entrega un sentido a oraciones que traducidas al papel podrían no tenerlo, las particularidades internas del enunciado funcionan como un "pegamento" al interior de oraciones e incluso de palabras inconclusas, otorgándoles sentido dentro del acto de comunicación. Por lo tanto, el análisis de la oralidad mediante la escritura debe sustentarse en el concepto de enunciado propuesto por Bajtín, de otro modo las abstracciones pueden llevar a continuos errores.
Bien, interesante...
ResponderEliminarDesarrollemos: ese "pegamento" vendría a ser una suerte de cohesión? Podríamos hablar de una cohesión/coherencia de la oralidad?
Tal vez sea bueno tb. volver a qué dice Voloshinov acerca del enunciado?