Chartier, Anne Marie y Hébrard, Jean. Saber leer y escribir: unas “herramientas mentales” que tienen su historia. Fundación Infancia y Aprendizaje 2000, 89, 11-24
En este texto, Chartier y Hébrard realizan una rápida mirada a la historia de la lectura y la escritura, desde su invención hasta su respectiva evolución, tanto en su materialidad como en su perspectiva. Además ligan esta historia con las diferentes mentalidades que rodean los procesos de lectura y escritura, mediados obviamente por el concepto de lectura y escritura reinante en cada tiempo. De este texto se pueden destacar tres ideas principales de las cuales pueden desprenderse las demás ideas y datos:
- La escritura y la lectura son una tecnología y por lo tanto cambian y evolucionan.
- La materialidad de la lectura y la escritura influye en su concepción histórica
- La historia de las mentalidades y las prácticas de lectura y escritura se influyen recíprocamente.
La escritura y la lectura son una tecnología y por lo tanto cambian y evolucionan. “Pero la escritura es una tecnología particular porque permitió tratar un material inmaterial como es el lenguaje dando lugar al surgimiento de otras herramientas simbólicas” (Chartier y Hébrard, 2000, p11) La escritura es una tecnología y por lo tanto apoya los procesos cognitivos del hombre y además evoluciona con él.
La materialidad de la lectura y la escritura influye en su concepción histórica. El ejemplo más claro de esto, es el que cuentan los autores sobre el paso del volumen al códice. El primero requería una lectura por lo general de pie, declamada y lineal. La invención del códice (libro) permitió por ejemplo el “hojear”, la aparición de los índices, lecturas selectivas etc.
La historia de las mentalidades y las prácticas de lectura y escritura se influyen recíprocamente. Según Chartier y Hébrard la mentalidad que rodeaba los procesos de lectura y escritura en la antigüedad ha cambiado radicalmente hasta nuestros días. En un principio la lectura tenía características de oral, social y colectiva. Hoy en día estaríamos en presencia de una lectura individual y silenciosa: “Reconstruir el sentido, recorriendo rápidamente un texto, es hoy en día concebido como una actividad psicológica, individual y no como una actividad social y colectiva. (…)Este cara a cara solitario, entre lector y el texto, es un fenómeno de la modernidad” (Chartier y Hébrard, 2000, p 19)
¿Pero es realmente así? Contrastando la anterior aseveración de los autores con los conceptos de “giro social” o de “nuevos estudios de literacidad” (JP. Gee), (Además de la idea de dialogismo en Bajtin y Voloshinov) la afirmación anterior queda un tanto obsoleta. Teniendo en cuenta las ideas que definen las prácticas literarias como eventos situados en un contexto y que siempre se desarrollan en sociedad, y ateniéndonos a la idea de diálogo de Bajtin, que plantea que siempre existe uno (un diálogo) entre el autor, su texto y su lector, esta concepción sobre la lectura parece errada. Más bien debería considerarse la lectura actualmente como una mezcla entre las dos formas de lectura: por un lado se rescata que esté situada social e históricamente, en constante diálogo con todas las ideologías pasadas y contemporáneas, y por otro, destacar su eficiencia gracias a la individualidad de la lectura silenciosa.
Aún así extraña que los autores plasmen semejantes conceptos en su texto, ya que posteriormente dan ciertas señales de comprender lo anteriormente expuesto: “Si el sentido de un texto se va estableciendo a medida que se lee, éste también depende del saber acumulado anteriormente, ya que orienta las expectativas y la atención de la persona que lee” (Chartier y Hébrard, 2000, p20) y más claro aún: “La soledad del lector frente al texto está llena de todo el saber social que ya tiene en su cabeza, sin saberlo, en el momento de abrir la página” (Chartier y Hébrard, 2000, p21). Por lo tanto está claro incluso para ellos que esta lectura “individual y psicológica” no ha perdido todo su componente social y colectivo que algún día tuvo.
Igualmente este texto deja sobre la mesa una serie de preguntas bastante interesantes para responder a futuro. Desde un punto de vista histórico: ¿Cuáles serán las implicancias de la nueva revolución en la tecnología de la escritura y la lectura, la digitalización? Obviamente las escuelas deberán aceptar esta nueva faceta de la vieja herramienta de la escritura y aprehenderla para mejorar la enseñanza de sus alumnos, ¿pero deberán también las ciencias cambiar algunos de sus enfoques para lograr una mayor eficiencia? Si realmente el computador genera un nuevo tipo de escritura (como está haciendo con el chat, el facebook y el e-mail) ¿deberá por ejemplo la gramática adaptarse a esto y dejar de funcionar con viejas frases hechas para tomar enunciados de la realidad específica, por ejemplo, del chat?
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